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30 imagínense cómo habría sido si el ejército hubiera comido hoy de la comida de nuestros enemigos: ¡su victoria habría sido mayor!

31 La batalla se extendió desde Micmás hasta Aialón, y no paró hasta que los israelitas derrotaron a los filisteos. Pero los israelitas terminaron muy cansados, 32 así que esa misma noche tomaron las ovejas, vacas y terneros que les habían quitado a los filisteos, y los mataron, comiéndose la carne con todo y sangre.

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